Me empecino en crear porque algo más se empecina en destruirme. Quien está triste, busca tu sonrisa; a quien destruyen, busca crear (se) y, cuando entiende que la música que se lee entre líneas es sólo para sí mismo, la creación se vuelve un acto necesario de egoísmo constante. Me empecino en crear porque ellos – con decenas de nombres – se acostumbran a mis acciones porque eso es más sencillo que amar.
Y me acostumbré a crear. Después vino el amor. Y al final quise crear para mí. Por eso busco crear, porque cualquiera sabe cómo destruir.
Recuerdo tanto cuando escribo y me transformo, y me creo a mi mismo, me haz puesto a pensar sobre lo que el proceso creativo conlleva